SEMBRAR UN ÁRBOL…O SALVAR LOS QUE QUEDAN
Enormes sombras delgadas pero frondosas, delinean o rellenan las montañas y selvas del mundo. Su presencia ha sido tan antigua y vital como el hombre mismo, tal vez de ahí la indiferencia ante su devastadora desaparición. La deforestación o “tala de de árboles”, como se le conoce en el argot popular, constituye una de las mayores preocupaciones para la problemática ambiental actual, así como uno de los fenómenos más viejos en cuanto a ecología se refiere. Ningún país del mundo se salva de estar expuesto a una tala excesiva de árboles en alguna de sus regiones, ya sea a causa del crecimiento industrial, construcción de viviendas o el uso a veces innecesario de este material natural.
Cientos de árboles son talados diariamente en un círculo vicioso que equivocadamente creemos afecta solo al hecho de una menor producción de oxígeno. Es mucho más complejo que eso. Los bosques ubicados en países desarrollados o que son potencias mundiales, sufren las consecuencias de la industrialización local produciendo el fenómeno de la lluvia ácida y que por ende, se convierte en el peligroso ingrediente que aumenta el calentamiento global. Continuando con esta cadena destructiva, muchos de los sectores empresariales o agrícolas se realizan en masas forestales donde habitan especies de animales exóticos y que se encuentran en vía de extinción. Resultado: muere un habitad, muere un animal más. Pero no sólo la tala de bosques y selvas son los afectados. En las grandes ciudades es vital tener pequeños nichos forestales que contrarrestaren la contaminación diaria producida por trasporte terrestre e industria.
EN PELIGRO EL BOSQUE BOREAL DE CANADÁ
En el 2007 el ecosistema forestal canadiense conocido como “Bosque Boreal”, entró en serio peligro de extinción según los informes de una conferencia que se realizó en ese mismo año y que tuvo a casi 1.500 científicos reunidos para analizar la situación de tal vez el pulmón natural más importante de Norteamérica.
Su grado de relevancia radica en ser una de las más grandes fuentes de agua dulce y habitad de numerosas poblaciones de fauna únicas en norte del continente. Este bosque boreal además es el lugar de almacenamiento de casi 186 toneladas de carbón, que se traduciría a “27 años de las emisiones del bióxido de carbono del mundo al quemarse combustibles fósiles”. Solo un 10% de la masa forestal de este tipo de bosque está siendo protegida y vigilada “bajo lupa”, por lo que se ha visto la emergencia de proteger una mayor cantidad de sectores con mayor rapidez.
En el 2007 el ecosistema forestal canadiense conocido como “Bosque Boreal”, entró en serio peligro de extinción según los informes de una conferencia que se realizó en ese mismo año y que tuvo a casi 1.500 científicos reunidos para analizar la situación de tal vez el pulmón natural más importante de Norteamérica.
Su grado de relevancia radica en ser una de las más grandes fuentes de agua dulce y habitad de numerosas poblaciones de fauna únicas en norte del continente. Este bosque boreal además es el lugar de almacenamiento de casi 186 toneladas de carbón, que se traduciría a “27 años de las emisiones del bióxido de carbono del mundo al quemarse combustibles fósiles”. Solo un 10% de la masa forestal de este tipo de bosque está siendo protegida y vigilada “bajo lupa”, por lo que se ha visto la emergencia de proteger una mayor cantidad de sectores con mayor rapidez.
ACCIÓN VERDE POR COLOMBIALa Red de Desarrollo Sostenible de Colombia (RDS), lanzó el pasado 17 de abril una campaña de sensibilización sobre las serias consecuencias que trae la actividad humana sobre el medio ambiente global, siendo una de ellas, la tala de árboles. Con la colaboración de la Fundación Natura Colombia (institución que contribuye a la conservación y uso sustentable de la diversidad biológica de nuestro país) y CONIF (Corporación Nacional de Investigación y Fomento Forestal), el proyecto titulado ‘Acción Verde’, convertido en una organización, se une a la iniciativa mundial de preservar el ecosistema forestal a través de actividades donde se propongan metas de siembra de árboles a corto plazo.
‘Acción Verde’ se se comprometió a la labor de sembrar un billón de árboles por todo el territorio nacional en siembras que se dividirán en dos categorías: las que no superaran las 50 hectáreas (supervisadas por Natura) y las de más de 50 hectáreas o que sean utilizadas netamente para la producción comercial, cuya vigilancia estará a cargo de CONI. Para cumplir con la ambiciosa meta, igual se necesita de la colaboración de toda la población, por lo que ‘Acción Verde’ plantea una curiosa fórmula para que siempre haya la excusa de sembrar un árbol: “Entre más árboles sembremos, más rápida será la mejoría del planeta y más alegre se irá haciendo cada ritual de nuestra sociedad, cada paso en la travesía por la vida. Por eso podemos pensar que un árbol sea entregable en cualquiera y en todas las ocasiones, como lo son nacimientos, bautizos, divorcios, matrimonios, velorios, grados, despedidas, regalos para ancianos” y hasta por la simple satisfacción de saber que en algún lugar del mundo hay un árbol a su nombre.
‘Acción Verde’ se se comprometió a la labor de sembrar un billón de árboles por todo el territorio nacional en siembras que se dividirán en dos categorías: las que no superaran las 50 hectáreas (supervisadas por Natura) y las de más de 50 hectáreas o que sean utilizadas netamente para la producción comercial, cuya vigilancia estará a cargo de CONI. Para cumplir con la ambiciosa meta, igual se necesita de la colaboración de toda la población, por lo que ‘Acción Verde’ plantea una curiosa fórmula para que siempre haya la excusa de sembrar un árbol: “Entre más árboles sembremos, más rápida será la mejoría del planeta y más alegre se irá haciendo cada ritual de nuestra sociedad, cada paso en la travesía por la vida. Por eso podemos pensar que un árbol sea entregable en cualquiera y en todas las ocasiones, como lo son nacimientos, bautizos, divorcios, matrimonios, velorios, grados, despedidas, regalos para ancianos” y hasta por la simple satisfacción de saber que en algún lugar del mundo hay un árbol a su nombre.
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